Se repite la historia en baloncesto femenino al derrotar a España, Austria se queda con el oro.

Raquel Carrera lanza a canasta ante Lieskens y Vanloo.

El final más cruel: Bélgica le roba el oro a España

Una recuperación de Antonia Delaere con 17 segundos restantes sentencia un partido que la selección tenía prácticamente en el bolsillo .Se repitió la historia. Y con el final más cruel. España perdió ante Bélgica un partido que comenzó ganando y que tenía en el bolsillo hasta prácticamente el último instante, pero el quinteto estelar tricolor, con Julie Allemand (19 puntos) a la cabeza, reaccionó a tiempo con un parcial de 13 a 0 que destrozó al banquillo español.

El equipo llegó a estar a 17 segundos de la victoria, lo tenía en sus manos y tenía la posesión, pero Antonia Delaere robó la cartera a Mariona Ortiz y condenó a la selección a la plata más amarga. Pese a la rabia de rozar la gloria, nada puede empañar el hecho de que el equipo con el que nadie contaba en las quinielas, consiguió la duodécima medalla del baloncesto femenino español.

En una final la suerte ya está echada. Solo queda darlo todo. Y lo sabía Alba Torrens, que indicó el camino: una recuperación y un tiro en suspensión de la balear abrían el marcador. Las pulsaciones iban a mil nada más comenzar el encuentro. España quería jugar con sus jugadoras interiores, pero la defensa rival impedía que se giraran y la MVP del pasado torneo, Emma Meesseman, respondía. Nadie quería ceder ni un milímetro y prueba de ello era la equidad en el marcador.

Cada jugada se medía al detalle en un partido de tal calibre. Por eso sorprendía todavía más ver el nivel del banquillo español, prueba de ello era ver la arácnida defensa de Irati Etxarri sobre Emma Meesseman o el tapón que Elena Buenavida cometía sobre Kyara Linskens.

Ventaja de España

La tensión se palpaba en el pabellón de la Paz y la Amistad, pero parecía no hacer mella en Paula Ginzo, cuya seguridad desde la media distancia abría la primera brecha (+8). Las belgas no iban a ponerlo fácil y respondían con un triple y un contrataque que volvía a apretar las tuercas. Y llegó el triple de Andrea Vilaró, que entró tan limpio que no hizo ni ruido al atravesar el aro y descender por la red. España se iba al descanso por delante (37-31), pero todavía quedaba mucho partido.

Nadie dijo que fuera a ser fácil. Tras la pausa, la guardia pretoriana tricolor acechaba con un parcial de 3 a 6 que obligaba a Miguel Méndez a frenar el choque. España se ahogaba en ataque y Linskens lo aprovechaba para poner las tablas.

Reacción de Bélgica

Las malas noticias se acumulaban para España, que veía como Julie Vanloo afinaba la puntería y estiraba la diferencia culminando un parcial de 6 a 16. Y cuando su equipo más la necesitaba, aparecía Elena Buenavida con un 2+1 que sostenía a sus compañeras. Las pérdidas castigaban a las jugadoras de Miguel Méndez, que debían encontrar la calma para no perder el hilo del partido (52-49).

Llegados al último parcial de partido, el sudor frío recorría ya las manos de todas las jugadoras. Elena Buenavida fue con todo, y se encontró la muralla más grande: Kyara Linskens. La canaria tuvo que salir de pista lesionada del codo, y España resucitó con un triple de Aina Ayuso y un robo de Helena Pueyo que colocaba el +8. Las belgas parecían no saber responder, encadenando balones perdidos ante la reacción de la roja. Apareció la balear de nuevo para colocar la máxima del partido (+12). 

Quedaban dos minutos y Bélgica reaccionó con un parcial de 13 a 0 que colocó a las rivales a un punto a falta de 17 segundos. Y llegó el final más cruel: Antonia Delaere recuperaba un balón que permitía a su equipo hacer la estocada más cruel (65-66). Con menos de dos segundos, Julie Vanloo puso el marcador definitivo desde la línea de tiros libres (65-67) ante la incredulidad de los espectadores presentes en El Pireo. Un final cruel para 12 guerreras que se dejaron el alma en el parqué.